viernes, 20 de noviembre de 2009

La profanación franquista de las fosas republicanas


Franco robó restos de rojos ante la imposibilidad de llenar el Valle de los Caídos con los de su bando.

DIEGO BARCALA - MADRID - 20/11/2009 07:00

Después de pasar décadas dejando flores en una tumba profanada, sin saberlo, el profesor Joan Pinyol tiene claro que sobran los motivos para abrir las fosas que todavía ocultan a los republicanos fusilados, como su abuelo. Pinyol supo a través de una reciente investigación de la revista Sapiensque el régimen robó los restos de su abuelo republicano, Joan Colom, para rellenar el cementerio de "héroes y mártires de la Cruzada" habitado por la abadía del Valle de los Caídos, que hoy, 20-N, recordará con una misa la muerte de Franco y José Antonio. Los documentos del Ministerio de Gobernación, a los que ha tenido acceso Público, revelan el porqué de esas profanaciones.

El Gobierno autorizó el traslado de republicanos sin aviso a las familias tras comprobar la dificultad para identificar a sus propios homenajeados. En 1958 se vislumbra el final de las obras y el cementerio está listo para recibir cuerpos. Los gobernadores civiles preguntan entonces a Gobernación qué hacer con las fosas comunes donde los cuerpos yacen amontonados, sobre todo en las zonas donde el frente de guerra acabó con miles de soldados republicanos y golpistas.

El Ministerio, en una circular de mayo de ese mismo año, responde que en esos casos "no es preciso el consentimiento familiar" para el traslado. Un informe consultado por este diario en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares relata que "al tratar de llevar a la práctica, los traslados se tropieza con que parte o la generalidad de los familiares de los allí [en las fosas comunes] enterrados, unas veces en campo Nacional y otras del contrario, manifiestan su oposición a las exhumaciones". Como consecuencia, el Gobierno sigue con las exhumaciones clandestinas en las fosas de los republicanos y paraliza las de los franquistas cuyas familias se oponen.

Los cuerpos se envían al Valle a toda prisa para su inauguración y una circular de octubre de 1958 señala que los Gobernadores civiles han concluido que han sido trasladados 2.494 cuerpos identificados y 32.001 en cajas colectivas. La suma de ambos explica que la abadía sostenga quefueran llevados "35.000 cuerpos aproximadamente".

El objetivo fundamental del traslado de la fosa de Paracuellos fracasó un año antes del estreno

Las exhumaciones practicadas por las familias de las víctimas, con la recuperación de la democracia, demuestran que en muchas fosas faltan cuerpos que presumiblementepertenecen a esos 32.001 cuerpos.

Uno de los objetivos fundamentales del proyecto fracasó apenas un año antes de su inauguración, en 1959. Los familiares de los asesinados en Paracuellos del Jarama, símbolo de la propaganda franquista, se negaron al traslado. El escándalo saltó a la prensa internacional, que denunció una "manifestación ante Gobernación". El Ministerio responde con circulares a toda España en las que desmiente que "familiares de víctimas de la revolución roja se manifestaran". Matizan que "una veintena" de personas, entre las que estaba el hijo del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, reclamaron al Gobierno que no se llevara los cuerpos porque era imposible identificarlos. El director de las obras, Diego Méndez, acude aParacuellos en 1958 y confirma ese extremo. Sólo se trasladarían a la sierra de Guadarrama los restos que pudieron ser identificados.

Negativa del Obispado

A Gobernación llegaron justificaciones de todos los ámbitos para impedir el traslado. El Obispado de Málaga envío una carta tres meses antes de la inauguración que asegura que la identificación de los enterrados en la cripta de la catedral "es imposible". El Obispado razona así la negativa al traslado de "miles" de cuerpos: "Están perfectamente conservados y sobre todo especialmente atendidos en cuanto a la parte espiritual". Además, añade que los familiares acuden a la cripta "para tener el consuelo cerca de los que murieron por Dios y por España".

El decreto fundacional de 1940 de la que acabaría siendo la tumba honorífica de Franco estableció dos criterios para el traslado que fueron pasados por alto. Sólo se exhumarían personas despedidas desde la "fe católica" (es decir, en cementerios religiosos) y de "nacionalidad española". Esas acotaciones llevaron a la protesta de los familiares del soldado holandés Roberto Dellemijn, que cruzó a nado la frontera española como voluntario para participar, según su familia,"en la lucha entre la idea de Dios y el comunismo" y murió en el frente en Alcubierre (Zaragoza). Gobernación lo asumió y decidió que se buscasen sus restos para el traslado.

Fuente: publico.es

lunes, 19 de octubre de 2009

Últimas palabras de la Resistencia

Un libro recoge 500 cartas que los fusilados entre 1941 y 1944 enviaron a sus familiares antes de morir por defender una Francia libre de la ocupación nazi.

PEIO H. RIAÑO - MADRID - 16/10/2009 08:20

Félix Cadras no fue autorizado a escribir su última carta antes de ser fusilado el 30 de mayo de 1942, para despedirse de sus seres queridos. Sin embargo, garabateó unas notas y mensajes en un pañuelo que se encontró en el dobladillo del abrigo que cubría su cadáver en el monte de Valèrien, junto a los cuerpos de otros tres rehenes. Félix Cadras fue torturado por turnos por la Policía francesa y por la Gestapo, sin conseguir una sola palabra de más. El final de sus notas dice: "Nos han cogido hasta vuestras cartas, vuestras fotos. Nunca olvidéis", y subraya esto último.

Félix Cadras se afilió a la Juventud Comunista en 1924 y al Partido Comunista en 1932. Fue movilizado en septiembre de 1939 como suboficial de artillería y, después de la debacle frente al Ejército nazi y el repliegue de su unidad, pasa a la clandestinidad. Una vez regresa a París en 1941 juega un papel fundamental en todos los frentes contra el régimen de Vichy: puesta en marcha de un equipo técnico de impresión y difusión, organización desde la base del movimiento social y el nacimiento del Frente Nacional de Lucha por la Libertad y la Independencia de Francia. Sobre el pañuelo deja escrito a su familia "podéis estar orgullosos de mí. No he faltado a mis ideales, a nuestra causa. Decídselo a nuestros amigos tan queridos. Os quiero con todo mi corazón". El pañuelo fue enviado en 1950 a Maurice Thorez, su compañera, por su 50 cumpleaños.

Estas misivas «exaltan el canto al amor, a la amistad y a la fraternidad»

La historia de Félix Cadras es una de las 500 que se reúnen en el libro Vivir a muerte. Últimas cartas de fusilados. Francia 1941-1944, que publicará la editorial Barril & Barral en una semana, bajo la traducción de Dánae Barral. Escritas por 350 condenados, la mayoría desconocidos, han sido recopiladas de cerca de 13 museos y centros de archivo, así como algunos particulares. Son las últimas palabras de la Resistencia y de los resistentes al sometimiento durante la ocupación nazi de París. Guy Krivopissko, profesor de Historia, conservador del Museo de la Resistencia Nacional, apunta en la presentación del libro que estas cartas "exaltan hasta el infinito el canto al amor, a la amistad y a la fraternidad".

Contra el olvido

Pero es la necesidad de recordar lo que mueve a las familias de estos fusilados a saltarse la prohibición de divulgar las cartas por parte de las autoridades militares alemanas y las autoridades civiles francesas, lo que hace tan valioso este libro de memorias. Lejos de obedecer, la mayor parte de las familias de los asesinados encuentran canales para difundir el último mensaje recibido. "Las cartas se leen dentro del círculo familiar y de amistades", como indica Krivo-pissko. Se copian y se pasan de unos a otros.

"Vale más perder la vida que las razones de vivir", escribe uno de ellos

Estas cartas de adiós nunca habían sido publicadas bajo la forma de esta recopilación, pero son esenciales para entender la historia de la Resistencia francesa y de sus actores. En la mayoría de los casos, todos los ejecutados son acusados o sospechosos de llevar a cabo atentados contra los intereses de Alemania, de oponerse a la Revolución Nacional y a la política colaboracionista de Vichy. Los alemanes los fusilaban, los franceses los guillotinaban.

En los años de estas cartas lo fundamental para los alemanes, para Vichy y para los comunistas era la opinión pública francesa. Unos quieren silenciar las ejecuciones para no convertir al ocupante en odioso frente a la población; los otros, necesitan dar a conocer los hechos para alentar al pueblo contra la represión.

"La muerte no me impresiona nada. Sabía desde siempre que la lucha exigía sacrificios y los asumí todos sin vacilar. Vale más perder la vida que las razones de vivir. La liberación de nuestra Francia y la emancipación de los trabajadores han sido mis razones de vivir. Muero por ellas con la certeza de nuestra próxima victoria. ¡Ánimo! Entrego a los pequeños al pueblo de Francia. Les dejo un apellido y un ejemplo honorables", escribió Robert Beck, antes de morir el 5 de febrero de 1943.

En todas se repite el honor y el compromiso. El orgullo y el deber es lo que les mueve a explicar a los supervivientes por qué han muerto y lo que les hace sudar en algunos casos una serenidad espeluznante: "Muero víctima de mis ideales y eso convierte los últimos momentos en instantes tranquilos". Otros escriben sin rencor, desde el pensamiento frío, con la distancia suficiente como para perdonar: "Son los franceses los que me entregan, pero yo grito: ¡Viva Francia!; los alemanes quienes me ejecutan, y yo grito: "¡Viva el pueblo alemán y la Alemania de mañana!". Lo más sorprendente del autor de este último escrito es que tiene 21 años cuando es asesinado.

"Siempre soñé, mira tú por dónde, morir de pie, un día en el que el sol brillaría"

Y por supuesto, la emoción. "Siempre soñé, mira tú por dónde, morir de pie, un día en el que el sol brillaría. Los hombres mueren, pero ella, la vida, permanece siempre triunfante, se burla de nuestra pequeña vida", cuenta otro veinteañero a su familia, henchido de orgullo. Unas líneas antes reflexiona sobre sí mismo: "Desde que estoy aquí, he pensado mucho en mí. Me he dado cuenta de que, a pesar de mis defectos, y tengo bastantes, no estoy tan mal hecho y que podría haber sido un hombre aceptable. Sé mejor que nadie lo cobarde y vil que soy y [fragmento censurado]".

En la misma carta reconoce que "hubiera estado muy bien vivir, amar", pero le reconforta el día, hace sol y está contento. "En realidad, somos unos niños, nunca pretendimos ser héroes, no se nos puede exigir demasiado", su nombre es Fernand Zalkinov y participó en numerosas acciones de sabotaje contra instalaciones de la Wehrmacht. Meses más tarde de su fusilamiento, su padre, su madre, sus dos hermanas, su tío, su tía y su yerno fueron deportados a Auschwitz y gaseados.

Nervios templados

Los condenados a muerte pasan sus últimos días en los campos y en las cárceles, esperando la noticia, la gracia, un tiro. Resisten como pueden también dentro, pero entre el anuncio y la ejecución apenas hay unas horas. Sólo pueden redactar tres mensajes de despedida como máximo cada uno. Se les describe apoyados sobre una rodilla, en un rincón de una mesa o en la tapa de una cuba, en un barracón o en una celda, bajo la mirada de los otros. Concentrados en sus últimas palabras, en sus escritos postreros. Paradójicamente, a pesar de haber recibido la mala noticia, pocas de estas 500 cartas tienen un discurso atribulado y sin sentido.

"Cuando recibas esta carta, ya no tendrás hermano, habré sido fusilado"

Son discursos bien construidos, como si los autores tuvieran todo el tiempo que necesitaran para reflexionar y repasar su vida con tranquilidad, a pesar de la premura de los preparativos de la muerte. Estas confesiones políticas y filosóficas son auténticos testamentos, actas notariales ("La maleta en la que os llegarán mis cosas es la de un compañero que va a terminar su vida conmigo, ¿podríais mandarla a su casa?") y ordenan la sucesión de los bienes del ejecutado.

"Cuando recibas esta carta, ya no tendrás hermano, habré sido fusilado", escribe Arthur a las dos de la madrugada con "ganas de charlar un poco", sin saber que esa despedida retumbaría 68 años después.

Fuente: publico.es

jueves, 1 de octubre de 2009

Los republicanos saldrán del Valle de los Caídos


El Gobierno se compromete a financiar la exhumación de los restos enterrados junto a Franco sin el consentimiento de sus familias. Miles de cadáveres fueron robados para rellenar nichos.

DIEGO BARCALA - Madrid - 30/09/2009 19:25

El profesor Joan Pinyol ve desde hoy más cerca su deseo de pisar "una única vez" el Valle de los Caídos. Será cuando vaya a recoger los restos de su abuelo, el soldado republicano Joan Colom, robados por el Gobierno franquista en Lleida, en 1965, para rellenar los columbarios que rodean las tumbas de los golpistas Francisco Francoy José Antonio Primo de Rivera.

El Gobierno aceptó hoy buscar, identificar y pagar las exhumaciones de aquellas víctimas del franquismo cuyos restos reposen en el valle de Cuelgamuros sin el consentimiento de sus familias, tal y como aprobó el Congreso.

La propuesta partió de los diputados Joan Herrera (ICV) y Uxue Barkos (Nafarroa Bai). De forma imprevista, el PSOE apoyó la idea. Fue gracias al compromiso del Ministerio de Presidencia de entregar subvenciones, en el marco de la Ley de la Memoria Histórica, para hacer exhumaciones en el Valle de los Caídos. Fuentes de la vicepresidencia del Gobierno reconocieron el valor "particular" de los robos de cuerpos que "no fueron recogidos en la redacción de la ley".

El PP rechaza la devolución

El PP rechazó la devolución a las familias porque considera que el Valle de los Caídos debe regirse "como cualquier otro cementerio". Bajo este argumento, señalaron que la competencia para trasladar cuerpos "corresponde a la Comunidad de Madrid o al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial", según defendió el diputado Jorge Fernández.

Pinyol se mostró esperanzado tras conocer el acuerdo. "Es de justicia que sea el Estado el que pague la exhumación, puesto que fue un Gobierno el que profanó la tumba de mi abuelo en Lleida", recordó. Ahora espera que la aceptación del Ejecutivo del mandato del Congreso incluya la identificación genética de los restos. El Gobierno asumirá esta petición siempre que sea a través de la subvención económica de algún proyecto.

"Es posible que los huesos estén muy deteriorados. Alguno dirá que ha pasado mucho tiempo y que no tiene sentido moverlo, pero lo mismo sirve para preguntarse por qué alguien lo sacó de la fosa 26 años después de enterrarlo", reflexiona Pinyol.

El diputado Joan Herrera argumentó su proposición no de ley girando en torno al sufrimiento de los descendientes. "La viuda de Colom acudió a la fosa a recuperar el cuerpo y alguien le dijo que estaba debajo de otros restos y que sería inútil buscarlo. Imaginad el sufrimiento de esa mujer que ponía flores en un cementerio donde no estaba su marido", relataba.

El "Omaha Beach" madrileño, según los conservadores

El diputado del PP destacó que el Valle de los Caídos es un "lugar de culto, mitad basílica, mitad cementerio, similar a lo que puede ser el cementerio de Omaha Beach" en Normandía. Argumento tan peregrino no ofendió a Pinyol, que se limitó a reflexionar: "Era previsible". El PP defendió que la idea original del Gobierno franquista era avisar a las familias del traslado y, según ellos, así se hizo.

La investigación realizada por Pinyol señala justo lo contrario. Según los documentos que se conservan en el archivo histórico de Lleida, las órdenes que el Gobierno envió a los ayuntamientos y Gobiernos civiles sí decían que se avisara a las familias. Pero se produjo un suceso inesperado.Algunas familias franquistas, como la del candidato de la CEDA asesinado en 1936 José Calvo Sotelo, el catedrático Arturo Soria o víctimas de Paracuellos del Jarama se negaron al traslado de sus cuerpos.

"Eso debió trastocar los planes y decidieron tirar de los republicanos", interpreta Pinyol, que llevó su caso a un juzgado de San Lorenzo de El Escorial junto con Fausto Canales, hijo de otro fusilado cuya fosa fue profanada para la inauguración del monumento, en 1959. Canales intentó exhumar en 2000 en un pueblo de Valladolid los restos de su padre y encontró sólo restos que los franquistas se dejaron en el traslado del cuerpo.

El Gobierno acató lo acordado en la comisión constitucional y debe ahora redactar, en un plazo máximo de seis meses, un censo de las víctimas que fueron trasladadas a Cuelgamuros. El 65% de los traslados se produjo antes de 1964 y el resto fueron produciéndose hasta 1983. El Gobierno de Felipe González decidió interrumpir el goteo de traslados con un acuerdo firmado entre Patrimonio Nacional y la abadía benedictina que gestiona el Valle de los Caídos.

Fuente: publico.es

sábado, 26 de septiembre de 2009

Granada no quiere placas para fusilados


El PP no colocará un rótulo en memoria de los 2.500 asesinados en el cementerio local.


PURA RAYA - GRANADA - 26/09/2009 09:44
La moción presentada por el grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Granada y apoyada por Izquierda Unida para colocar en una de las tapias del cementerio de la capital una placa en memoria de los fusilados durante la Guerra Civil española no ha llegado a buen puerto.
Ayer, en sesión plenaria, los votos en contra del Partido Popular, que gobierna en la ciudad por mayoría, denegaron la propuesta. La decisión enervó a un ciudadano, familiar de una de las víctimas de la dictadura franquista, que abandonó la sala "por vergüenza".
El concejal popular Sebastián Pérez argumentó que dentro del camposanto, en el Patio de San Sebastián, ya existe un lugar para la memoria de Granada y que la iniciativa busca "seguir hurgando en las heridas". El edil, que puso en duda "si realmente hay buena fe", acusó a la oposición de querer "debatir sobre muerte" en vez de en temas tan preocupantes como la crisis económica.
El PSOE pidió al PP que hablara con las familias de los fusilados. Además, el concejal Isidro Olgoso expuso que no es comparable quienes murieron "en su cama rodeados de su familia" y los que fueron "enterrados como animales y obligados al olvido".
Por su parte, la edil de IU Lola Ruiz exigió "que no se oculte lo sucedido" y solicitó que la tapia, en la que fueron asesinadas más de 2.400 personas, sea declarada lugar histórico, una petición respaldada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada (ARMH).
Miembros de la ARMH y de los dos grupos de oposición colocaron la placa en el exterior del cementerio el pasado 24 de julio. El Ayuntamiento la retiró días más tarde. Según ha recordado en varias ocasiones el vocal de la Asociación, Francisco Vigueras, en ese muro asesinaban cada noche hasta 80 personas, trasladadas de noche en los llamados "camiones de la muerte" desde la prisión.
La actitud del PP contrasta con la de Madrid, donde el alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, retiró los honores a l dictador Francisco Franco.



Fuente: publico.es

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La justicia internacional saca los colores a España

Excavación de la Asociación para la Recuperación de la Memoria
Histórica en Milagros (Burgos). - REYES SEDANOsedano.

La justicia española es la única que deja impunes los crímenes de una dictadura. Argentina, Chile, Brasil o Alemania marcan la vía jurídica para investigar las desapariciones forzadas.

DIEGO BARCALA / ERIK LÓPEZ - MADRID - 01/09/2009 04:00
El terrorismo de Estado produce investigaciones judiciales en Brasil. La dictadura argentina cumple condena. Augusto Pinochet murió en Chile acosado por los jueces. Y Alemania acaba de anular las sentencias de los tribunales militares nazis. En cambio, para la justicia española, Franco y sus generales no cometieron ninguno de esos crímenes.
Sólo el magistrado que desató en 1998 el proceso a Pinochet, Baltasar Garzón, hizo el año pasado un intento fallido de juzgar al frasquismo. En su instrucción, registró 114.000 desapariciones forzadas. Los familiares de las víctimas, juristas y ONG de prestigio e incluso la ONU reclaman a España que juzgue su pasado.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica reclamó el pasado domingo, día internacional de los desaparecidos, que España cumpla con lo firmado en 1992 en la Asamblea General de la ONU: "Los Estados actuarán (...) para contribuir por todos los medios a prevenir y a eliminar las desapariciones forzosas". La ONU, a través del grupo de trabajo sobre las desapariciones forzadas, se lo ha pedido sin éxito desde 2005, según reclama Amnistía Internacional.
El magistrado emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, explica porqué el Gobierno o los jueces deben colaborar en la investigación de las fosas: "Cuando escucho hablar, por ejemplo, de la fosa de Lorca veo la necesidad de recordar que son asesinatos extrajudiciales. Por tanto, los jueces que no investiguen podrían estar prevaricando al incumplir la ley actual de Enjuiciamiento Criminal, que exige al juez que reconozca los cadáveres y si luego decide que el caso ha prescrito, lo hará a posteriori".
"Inhumano y cruel"
El investigador de Derecho internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha Miguel Ángel Rodríguez Arias añade que "el Gobierno viola los derechos humanos de los familiares de las víctimas al no investigar". "Es inhumano y cruel que se torture a las familias de estas víctimas que quieren saber donde están enterrados sus seres queridos", agrega.
El dictador Videla será juzgado en Argentina por 32 desapariciones
Rodríguez Arias cree que, tras el portazo a Garzón en la Audiencia Nacional, la única opción de los familiares es acudir "a buscar justicia fuera de España, en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos".
Los argumentos que han impedido hasta ahora investigar el franquismo tienen dos bases: los crímenes han prescrito y la Ley de Amnistia de 1979 elimina la búsqueda de culpables. Sin embargo, la jurisprudencia internacional destruye ambos conceptos.
En 2003, la Corte Suprema de Argentina anuló el perdón legal de los militares. Los juicios se reabrieron y el propio dictador Jorge Videla será juzgado en los próximos días por la desaparición de 32 presos políticos en 1976.
La justicia argentina anuló por "inconstitucional" las leyes creadas por la dictadura para evitar a la justicia.
En 1979, seis años antes de la llegada de la democracia a Brasil, la dictadura aprobó una ley de amnistía que permitió el retorno de exiliados y la liberación de presos políticos. Los culpables del asesinato de 383 presos políticos se escudaron en esa misma ley para quedar impunes.
Martín Pallín: "Alguno todavía defiende la ley de Amnistía"
La Justicia brasileña actual ha decidido reabrir la investigación para que los crímenes no queden impunes.
La ley de Amnistía española fue aprobada en 1979, pese a que dos años antes España firmó en la ONU tratados de protección de derechos humanos que exigían la investigación de la represión política. "Sin embargo, algunos sostienen que la ley de Amnistía es lo más grandioso de la Transición", sentencia Martín Pallín.
Por su parte, Rodríguez Arias insiste en que "los crímenes contra la humanidad no prescriben. Otra cosa es que luego cumplan sus penas. Además, según el investigador, no sólo se trata de delitos cometidos en el fragor de la Guerra Civil, sino "de prácticas que se prolongaron durante las décadas de 1940, 1950 y 1960, como fue el robo de bebés por parte del Estado".
No obstante, Rodríguez Arias considera que "estos crímenes no fueron, sino que son", ya que sus víctimas aun sufren las consecuencias.

Fuente: publico.es

jueves, 27 de agosto de 2009

jueves, 30 de julio de 2009

Ocho de cada diez víctimas del franquismo fueron 'paseadas'

José Nores Rodríguez, 'paseado' y desaparecido en agosto de 1936. FONDO NORES SOLIÑO

Un estudio realizado en Galicia refleja que la mayoría de los 5.561 asesinados del 36 al 39 no fueron sometidos a juicio

Ocho de cada diez víctimas de la represión franquista en Galicia fueron paseadas. Sólo entre 1936 y 1939, se registraron 4.447 muertes extrajudiciales, frente a las 1.087 penas de muerte ejecutadas.

Son datos del proyecto interuniversitario As vítimas, os nomes, as voces e os lugares(patrocinado por la Xunta y realizado por la Universidad de Santiago de Compostela en colaboración con las de A Coruña y Vigo), que ha contabilizado 5.561 personas represaliadas que terminaron perdiendo la vida en la comunidad autónoma gallega.

Sus nombres y apellidos pueden ser consultados en Nomes e Voces, una web que permite la búsqueda de miles de represaliados. De los que resultaron muertos, un 81% no fueron sometidos a proceso judicial alguno. Se entiende, pues, que las causas de su fallecimiento fueron los "paseos, ejecuciones sin apertura de causa, muertes en tiroteos y en prisión".

El 99,2% de los condenados a muerte fueron hombres, una cifra que baja hasta el 97,3% en el caso de las muertes extrajudiciales. En este sentido, la represión bajo cuerda se cobró más víctimas entre las mujeres que la oficial.

El perfil de los fallecidos, según se desprende del informe (pdf) dirigido por el investigador de la Universidad de Santiago de Compostela Lourenzo Fernández Prieto, podría ser el siguiente: joven, de clase obrera y popular, residente en A Coruña, Ferrol y Vigo, asesinado en el primer año de la contienda y de sexo masculino.

Los datos de las víctimas están, según los autores del estudio, "criticados, cruzados entre diferentes fuentes y sometidos a una contrastación que no siempre es sencilla". Para la elaboración del informe y la base de datos, se consultaron 2.608 expedientes de procesos judiciales, registros civiles de 310 ayuntamientos y 52 trabajos de varios autores. También se realizaron 403 entrevistas y, más adelante, accederán a 68 archivos parroquiales.

Las familias de las víctimas pueden buscar a los suyos aquí. Además del nombre, figura su origen, fecha de nacimiento, profesión, gremio o sindicato al que estaba afiliado, proceso al que fue sometido, así como el día y lugar de su muerte.

Fuente: público.es

"La justicia se ha quitado la careta con Garzón"

Francisco Espinosa acaba de llevar a las librerías la investigación Callar al mensajero (Península).

El autor de ‘Callar al mensajero' cree que el "núcleo conservador" de la justicia frena cualquier intento de deslegitimar el franquismo

Tras reconstruir en sus obras el avance del bando nacional y la represión en Huelva, Sevilla y Badajoz, el historiador Francisco Espinosa lleva a las librerías Callar al mensajero (Península), donde documenta 12 casos de víctimas del franquismo, testigos, documentalistas o historiadores cuyas voces fueron silenciadas en plena democracia, en ocasiones con la complicidad del Estado.

¿Sigue habiendo tabúes sobre la represión?

Sí, pero se han roto muchos. Ya desde ante del inicio del movimiento de memoria, hubo desde los 80 varias investigaciones importantísimas, porque constituían el acta de desaparición del abuelo, el padre...

¿Garzón quiso entrar en un jardín prohibido?

Es evidente. Pero su intento tiene un mérito: puso en términos jurídicos lo que estaba dicho en palabras de historia sobre lo ocurrido tras el 18 de julio. La justicia se ha quitado la careta, como cada vez que ha hecho falta. Ya lo hizo con Ruiz Vergara [autor de la película Rocío, censurada por el Supremo en el 84]. Entonces era abiertamente franquista. Ahora, aunque disimulado, tiene un núcleo conservador.

¿Hay miedo en la derecha a deslegitimar el franquismo?

La derecha española no puede ser como la alemana porque tiene conciencia de ganadora. A diferencia de Alemania, Italia o Austria, en España el fascismo ganó y se perpetuó, controlando la transición mediante el ejército. Aquí se ha logrado evitar que Garzón demostrase la criminalidad del franquismo con la lógica jurídica.

¿Cree que no hubo un cambio democrático real?

¿Cuándo? Franco murió en el 75. ¿Fue entonces, o en el 78? ¿Fue con la Constitución, con el harakiri de las Cortes? No hay punto de cambio. La gente se quita la camisa azul, se pone la otra y se presenta como demócrata de toda la vida.

¿Lo atribuye al vínculo familiar de la clase política con el franquismo?

Pero eso pasa a todos los niveles, y mientras a un nivel más alto te muevas, más. ¿Quién estudiaba en España? La mayoría era de familia burguesa, es de cajón. Mira la judicatura. La mayoría, incluso de los que hemos investigado la represión, somos de familias de derechas. Incluso los jueces progresistas lo son. Se puede saltar ese condicionante.

¿Ha hecho mella en la percepción de la historia el repunte del revisionismo?

No sé dónde hubiera llegado si el PP gana en 2004, porque tras los primeros síntomas a finales de los 90, en 2000 se quitaron la careta con una recuperación del franquismo y una crítica absoluta de la experiencia democrática republicana, sirviéndose de propagandistas como Pío Moa o César Vidal.

¿Qué supondría una sentencia en Estrasburgo favorable a la familia de Luis Dorado Luque?

Sería muy importante y abriría nuevas puertas. Es algo que se puede conseguir en cualquier momento, o también que no se consiga nunca. Pasa como con la inhibición de Garzón, que a mí me parece fatal, pero
que puede hacer que hayas jueces que abran otras vías.

¿Qué suscita su interés por las voces acalladas, recogido en Callar al mensajero?

Es algo que conocemos de sobra los investigadores. Recuerdo el impacto que produjo la película Rocío, de Fernando Ruiz Vergara. La pantalla se quedaba en negro varias veces por una sentencia de 1984 Supremo que obligaba a suprimir las partes en que se identificaba a José María Reales, con nombres y apellidos, como el principal represor en Almonte. En cuanto empezó a circular, su familia, de terratenientes, lo cortó.

La película se exhibió otra vez en Huelva en 2005.

Pero no íntegra. Le hacíamos un homenaje a Ruiz Vergara, que traía las dos versiones: la original y la otra. La hermandad del Rocío y el Partido Andalucista empezaron a movilizarse en contra. Los medios le ponían el micrófono a la familia Reales, clientes de El Monte, en cuya sala se iba a exhibir la película.

Usted tuvo problemas para presentar La justicia de Queipo en Sevilla. ¿Hubo ocultación?

Hubo un deseo de no presentarlo. Fue un libro que hice con materiales del archivo militar, abierto en el 97. Los pocos historiadores que entramos vimos que lo que había era impresionante. Por entonces, el archivo no ponía trabas de acceso, algo impensable. Cuando lo leíamos entonces, pensábamos: Esto nunca va a salir. Al final busqué una imprenta y lo edité yo mismo. Para presentarlo, contacté con la Casa de la Provincia [Diputación]. Primero parecía que sí, pero al final lo leerían y no les haría gracia, supongo. Empezaron a darme largas. Y no se presentó. En 2006 lo recuperó Crítica.

¿Existe suficiente libertad de acceso a los archivos?

Se ha abierto mucho, pero falta una política archivística racional. Cuando incorporaron archivos militares a la estructura civil, permitieron que los siguieran controlando los militares. Sigues dependiendo de ellos.

¿La Iglesia ha aportado su información disponible?

Por la Ley de Patrimonio Documental, debería. Pero hay un problema: la documentación la controlan y catalogan ellos, y no personal del Cuerpo de Archiveros del Estado, que para eso está. De la otra forma, cuando hay un papel delicado, lo ponen en la caja B. O lo pueden quemar perfectamente.

Queda poco para que desaparezca la generación que vivió la guerra. ¿Qué supone eso para España?

Es una pérdida de memoria absoluta. La actitud del poder durante los años 80 y 90 ha sido fundamental para tapar su testimonio. Había mucha gente que tenía escritas memorias, pero las tiraron al ver que el tema no interesaba. Da la impresión de que la Ley de Memoria Histórica se hizo para cerrar el tema. No se tocaron los aspectos básicos, como que el Estado asuma las exhumaciones.

Fuente: Público.es

lunes, 20 de julio de 2009

Exhumados 45 cuerpos de la fosa de Milagros

Fosa de Milagros (Burgos) - EFE
Los restos de dos adolescentes, entre los asesinados en Aranda del Duero (Burgos).

La exhumación de la fosa común de Milagros (Burgos) ha permitido recuperar los cuerpos de 45 hombres, todos militantes de izquierdas, sindicalistas o cargos públicos municipales de la comarca de Aranda del Duero. Entre los cadávares, dos corresponden a sendos adolescentes, de 16 y 17 años, según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

"Ver fosas como la de Milagros recuerda lo canallesco de algunas personas, que no tenían escrúpulos ni vergüenza", sentenció el presidente de la Asociación de Víctimas y Represaliados del Franquismo, Gervasio Puerta, de 88 años, quien ayer visitó la zanja. Voluntarios de la asociación y de Psicólogos Sin Fronteras atendieron durante toda la jornada a varios familiares que se acercaron a la fosa. El equipo de la investigación, compuesto por una veintena de arqueólogos, médicos y antropólogos forenses, ha llevado a cabo la exhumación completa de la tumba en apenas una semana.

Por otra parte, el Ayuntamiento de La Orotava (Tenerife), dioeste sábado por finalizada la retirada de los símbolos franquistas con los cambios de nominación de algunas calles. El pleno municipal celebrado en junio aprobó, por unanimidad de todos los grupos, modificar la denominación de las dos últimas zonas con nombres alusivos a la dictadura de Franco. Y hace dos días, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife acordó retirar las distinciones concedidas por el Consistorio de la ciudad al dictador.

publico.es

viernes, 17 de julio de 2009

Gervasio Puerta. Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica.


Gervasio Puerta, Presidente de la Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas, Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica. ASPA Alcobendas.

Exposición fotográfica. Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica.


Exposición fotográfica. Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas, Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica. ASPA Alcobendas.

Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica.


Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas, Acto Sueños de Libertad, una aportación a la memoria histórica. ASPA Alcobendas.

Infantilizados o ancianizados

A una gran parte de la población mundial la verdad ha dejado de importarle. De hecho ha elegido no verla aunque se la pongan delante, si no le conviene. Ha decidido de antemano cómo quiere que sean las cosas, y niega cuanto no le gusta o le molesta.
Se ha escrito ya mucho acerca de la actitud del electorado de derechas en las aún no lejanas elecciones europeas. En aquellas Comunidades Autónomas en las que hay dirigentes del Partido Popular más o menos involucrados en tramas de corrupción, o sospechosos de ello, ese partido ha mejorado sus resultados de manera notable, como si, en lugar de castigarlo por el insoportable tufo a podrido, los votantes hubieran decidido recompensarlo. Como si, en vez de indignarse con quienes han cometido abusos de poder o parecen haberlo hecho, con quienes han utilizado sus cargos para enriquecerse o se han apropiado directamente de dinero de los contribuyentes, la furia se hubiera volcado con quienes han descubierto el pastel, han investigado los posibles apaños y cohechos y han alzado el dedo acusador contra los presuntos ladrones y estafadores. Es cierto que hay un elemento sorprendente en esta actitud, o que al menos lo habría sido hace no demasiados años, y no conviene pasarlo por alto.
¿Qué significaría esto? ¿Que a los votantes del PP les parecen bien la corrupción, el soborno y el latrocinio disimulado? ¿Que, si no bien, les parecen normales en política, una especie de "impuesto bajo mano" que nos cobran quienes nos gobiernan? ¿Que, por lo tanto, cada uno de esos electores obraría de la misma forma -corruptamente- de tener un cargo en un ayuntamiento, una diputación, una Junta, una Generalitat o el Gobierno central? ¿Significaría que cuantos han votado al PP, al menos en sitios como Madrid o Valencia, son timadores en potencia, puesto que aplauden y dan el beneplácito a quienes tienen todas las trazas de serlo? ¿Que son gente intrínsecamente inmoral, y que en el fondo envidian a los listillos que han sabido aprovecharse de la política para engañar, rapiñar, colocar a parientes y hacer y recibir favores ilícitos o en todo caso sucios, muy sucios? ¿Que una considerable parte de los españoles son aspirantes a ladrones y admiran y premian a quienes ya han alcanzado esa meta?
De ser esto así, resultaría que vivimos rodeados de individuos que, si creyeran contar con altas probabilidades de impunidad, nos levantarían la cartera al menor descuido, aunque nos hubiéramos portado bien con ellos y no les hubiéramos hecho nada. Estaríamos en una sociedad llena de chorizos vocacionales, lo cual sería muy preocupante y grave hasta la médula. Yo no lo descarto, y además incluiría entre ellos a numerosos votantes de otros partidos: pertenezcan al que pertenezcan los alcaldes y concejales a los que en cualquier localidad se acusa de corrupción, la reacción de los vecinos suele ser de apoyo incondicional al encausado -o ya condenado- y de ira contra el fiscal, juez, periodista o policía que hayan destapado el caso. Una de las argumentaciones más frecuentes para explicar este comportamiento es que dichos alcaldes o concejales "han traído riqueza al lugar", sin que a casi nadie le importen los orígenes ni el modo de conseguir esa riqueza, si es legal o ilegal, si con ello se han destruido monumentos o paisajes históricos, si el "enriquecedor" ha arramblado por el camino con parte del dinero de los "enriquecidos", que también serían, por lo tanto, estafados.
Cuando lo propio está en juego, qué más dan las banderías, esto se sabe. Pero lo propio no siempre está en juego, por fortuna, y aun así se vota al corrupto cuyas actuaciones no nos benefician personalmente. Creo que el motivo por el que esto sucede es aún más grave que si se debiera a la proliferación de chorizos vocacionales, y que está muy extendido, más allá de nuestras fronteras y desde hace tiempo. Si recuerdan el juicio a O J Simpson, el famoso jugador de fútbol americano que tenía toda la pinta de haber asesinado a su mujer y al amante de ésta, a la mayoría de la gente de su raza -negra- le traía sin cuidado saber si era o no culpable. Deseaba que fuera exonerado simplemente porque era negro. Y no han sido pocas las ocasiones en que las feministas más brutas y antediluvianas han "exigido" la condena de un acusado de violación, aunque no hubiera pruebas contra él y sí hubiera llamativos indicios de que la acusación era falsa. Con demasiada frecuencia la cuestión es ya sólo "que gane el mío", sea por negro, por mujer, por blanco, por varón, por derechista o izquierdista. A una gran parte de la población mundial la verdad ha dejado de importarle. De hecho ha elegido no verla aunque se la pongan delante, si no le conviene. Ha decidido de antemano cómo quiere que sean las cosas, y niega cuanto no le gusta o le molesta. Vivimos cada vez más en un mundo en el que la gente no soporta lo que le desagrada, ni lo que le crea dudas, ni lo que la obliga a retractarse o a reconocer que se ha equivocado. Es lo propio de muchos niños y de muchos ancianos: niegan la realidad adversa y prefieren no enterarse. Aún es más: precisamente para contentarlos y no darles disgustos, los adultos tienden a ocultarles las malas noticias y a engañarlos. Para los políticos no existe nada mejor ni más cómodo que esto: un electorado infantilizado o ancianizado, que pide a gritos que se le mienta y anuncia que se creerá las mentiras.

Javier Marías, EPS

Enviar www.attacmadrid.org

miércoles, 8 de julio de 2009

Entrevista Valle de los Caidos

Crisis económica, crisis moral

Solamente recuperando principios éticos y morales podremos salir de esta crisis. Solamente si se recompone el tejido social, la lucha colectiva, la solidaridad con los más débiles, podremos recomponer la situación.

En psicología sabemos que cuando, en cualquier esfera del comportamiento, el sujeto no tiene o pierde la noción de lo que es justo, adecuado, aparecen lo que suele considerarse como conductas patológicas. Cuando damos por bueno que el marido insulte o menosprecie a la mujer, acabamos considerando la violencia de género como normal y la conducta patológica tiende a instalarse. Cuando dejamos que el adolescente grite a su madre, no estudie ni trabaje, consiga dinero para salir toda la noche, vuelva bebido, etc., estamos favoreciendo la aparición de comportamientos psicopáticos.

Creo que es lo que ha sucedido con la actual crisis económica. En esta nuestra sociedad global y globalizada, llevamos muchos años dando por buenas situaciones totalmente inmorales, ilógicas e intolerables desde cualquier pensamiento normal. Y ahora nos sorprende el estallido de la crisis. Durante demasiado tiempo hemos asistido pasivamente, con sólo las reacciones de pequeñas minorías, a un sin fin de despropósitos, totalmente inviables, que se han normalizado y nos han conducido, a lo que podríamos llamar “la patología de la Economía”

Pero no se trata solamente de patología. Se trata, básicamente, de inmoralidad, de premeditación y alevosía. Yo no me puedo creer que personas importantes, ejecutivos y directivos de grandes financieras, bancos y agencias, dirigentes políticos, grandes empresarios, economistas letrados e intelectuales varios, no supieran lo que la gente normal y corriente sabe: que uno no puede gastar más de lo que tiene.

Es evidente que lo que pasó tenía que pasar. Era irremediable. La situación era insostenible. Pero nadie dijo nada. Lo terrible es que todo ello era controlable, pero nadie puso el freno: ni los organismos privados (bancos, financieras, constructoras, empresas), ni los “grandes intelectuales” (economistas, tertulianos, ensayistas), ni los cargos públicos (políticos de todas las administraciones y de todos los países). ¿No es un acto grave de irresponsabilidad e inmoralidad saberlo y no pararlo? (Y si no lo sabían, mucho peor, pues significaría que estamos gobernados por personas ignorantes e incompetentes).

Por qué, pues, se permitió llegar al estado actual? Pues porque los que tenían la responsabilidad de decirlo y pararlo eran los mismos que lo provocaron. Sabían que pasaría, pero también sabían que a “ellos” no les afectaría: todos los que se enriquecieron a partir de la indecencia y la inmoralidad, tenían sus ganancias a buen recaudo, sus sueldos asegurados y sus contratos blindados. Sabían también, y esto es lo más terrible, que quien iba a pagar la crisis serían los de siempre: los pobres y desgraciados que iban a ser mucho más pobres y mucho más desgraciados, pero, ¿esto qué importa?. Una vez aceptada la inmoralidad de los últimos 15 años, en la que los sueldos de ejecutivos, banqueros, empresarios y políticos son indecentemente superiores que los trabajadores y trabajadoras, ¿qué importaba un poco más de indecencia?

Y el resto de los mortales? Por qué se consiguió tapar la boca a todos los que no se beneficiaron de esta gran estafa y ahora van a pagar los platos rotos? ¿Cómo se pudieron silenciar tantas voces críticas? ¿Cuál fue la anestesia que utilizaron para poder seguir con esta farsa?

Por qué aceptamos un crecimiento económico impresionante con un estancamiento de los salarios? Como pensamos que podríamos vivir siempre con bajos salarios pero con un consumo desenfrenado? ¿Cómo nadie puso el grito en el cielo con la construcción desmesurada y el aumento desorbitado del precio de la vivienda? ¿Cómo asistimos impertérritos ante la muerte terrible en el mar de los africanos y africanas en busca de una vida digna? ¿Cómo dejamos que se diera trabajo a los inmigrantes, pero al mismo tiempo se les negaran los papeles? ¿Cómo se puede estimular la formación cuando los empresarios daban trabajos precarios a los universitarios? ¿Como permitimos unas leyes que dejaban totalmente desprotegidos a los trabajadores y trabajadoras? ¿Cómo aceptamos que la política, de derechas y de izquierdas, se hubiera convertido en una gran multinacional en donde lo único que importaba (y lo único que importa) es el beneficio personal? ¿Cómo nadie dijo nada ante la abdicación de sus obligaciones y principios más sagrados de los sindicatos y partidos de izquierda? ¿Cómo se pensó que podríamos vivir con unos horarios laborales imposibles de conciliar con una vida afectiva y el cuidado de los hijos e hijas?

Que los que se beneficiaban de todo ello continuaran aprovechándose, no es ninguna novedad: esto es, a fin de cuentas, el capitalismo. La novedad es que consiguieron acallar a todos los demás. Consiguieron engañar a los más débiles prometiendo mejoras ilimitadas. Consiguieron callar todas las voces críticas y lúcidas que, aunque de manera muy minoritaria, intentaban denunciar la situación y su inviabilidad (¡hace ya mucho tiempo, que los llamados “antiglobalizadores”, estos jóvenes tachados de violentos, denunciaban lo que ahora todo el mundo acepta!). Consiguieron erradicar todos los valores que había elaborado el pensamiento de las izquierdas y que había hecho posible las redes sociales y las luchas populares: la solidaridad, la indignación ante la injusticia, la honestidad, el anhelo de igualdad. Consiguieron estimular los más bajos instintos: la codicia, el individualismo, la competitividad, la amoralidad, la indiferencia ante el dolor ajeno, el enriquecimiento ilícito. Los poderosos dieron un gran ejemplo haciendo del robo a gran escala una forma de triunfar y de la mentira continuada una forma de prestigio.

Pero, sobre todo, consiguieron desorganizar a la sociedad. Consiguieron romper los lazos que hacían posible las luchas. Compraron sindicatos y partidos, cooptaron líderes y se apropiaron de la información y de la educación: reformas educativas cuyo único fin es la escuela domesticadora, domesticada y privatizada. (¿Quien cambiará el mundo si en ningún lugar enseñamos a hacerlo?)

Y las consecuencias están ya ahí: más represión contra los inmigrantes, leyes más duras e injustas para los que no consiguieron papeles, millones de personas sin trabajo, familias expulsadas de sus viviendas por no poder afrontar las hipotecas… mientras el dinero público va a los bolsillos de los mismo de siempre y las ganancias desorbitadas de estos últimos años continúan a buen recaudo en paraísos fiscales.

Solamente recuperando principios éticos y morales podremos salir de esta crisis. Solamente si se recompone el tejido social, la lucha colectiva, la solidaridad con los más débiles, podremos recomponer la situación. Solamente con un “cambio de modelo”, tanto económico, como político, podremos organizar una economía viable y sostenible. No vamos a salir de la crisis insistiendo en las mismas fórmulas que nos han llevado a ella. No es dando más dinero a los bancos y a las empresas, los mismos que nos llevaron a la bancarrota, como vamos a solucionar el problema. No es bajando los sueldos de los trabajadores, disminuyendo las pensiones o bajando los impuestos a los más ricos, como vamos a recuperar un nivel de vida aceptable, sino tod lo contrario: subiendo los sueldos, y aumentando los impuestos de las rentas altas. No es privatizando los servicios públicos como vamos a mejorarlos, sino invirtiendo más en ellos, creando más empleo público y gestionando democrática y públicamente los centros educativos y de salud. No es estimulando el consumo como vamos a crear puestos de trabajo, sino repartiendo el trabajo necesario y disminuyendo el consumo innecesario. No es liberalizando más las leyes laborales como vamos a reflotar empresas, sino repartiendo mejor la riqueza y produciendo aquello que es imprescindible. Ni la naturaleza es infinita ni el consumo puede crecer infinitamente.

El crecimiento constante es una mentira: unos crecen a costa de muchos otros. Por lo tanto, la fórmula es errónea, inmoral e inviable. Y como decía muy bien Galeano: “Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible”. Es evidente que hay que cambiarlo, pero para ello, hay que recuperar fuerza, organización y movilización. Hay que recuperar la discusión ideológica y política, la formación y la educación, y, por encima de todo, hay que recuperar la moralidad. ¿Por donde empezamos?


Psicóloga. Profesora. Portavoz del sindicato USTEC·STEs. Miembro de FARGA


Rosa Cañadell, El Viejo Topo